Baskegur, la Asociación de la Madera de Euskadi, ha elaborado con la colaboración de la Universidad del País Vasco y con la ayuda del Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco y de la Fundación Hazi el Libro Blanco de la madera de Euskadi". Este documento aporta una visión real y actualizada de la situación del sector forestal-madera y su influencia en la economía y en el entorno social y natural de nuestra tierra.
El informe destaca el carácter forestal de Euskadi. La superficie arbolada abarca aproximadamente el 54% del territorio de la CAE con 396.962 hectáreas, lo que supone uno de los ratios más altos de la UE. Las existencias de madera ascienden a 62,6 millones de m3 con un crecimiento anual estimado de 3,4 millones de m3/año. El volumen de madera total extraída anualmente (alrededor de 1,2 millones de m3) queda muy por debajo del recurso disponible.
El stock de madera existente y los crecimientos anuales son netamente superiores a la utilización de este producto de lo que se deduce que el sector forestal local podría abastecer con holgura las necesidades de materia prima de la industria local. En ese sentido, también se destaca que los productos y subproductos que se generan en el transcurso del ciclo de producción ofrecen un importante margen potencial para cubrir la posible demanda de biomasa forestal, combustible para generadores de electricidad, calderas y estufas prevista para el futuro. De esta forma, se cumplirían las previsiones que maneja el Gobierno Vasco que prevén pasar del 6,7% de consumo interior bruto de energía renovable de 2005 al 20% de 2020 con la disponibilidad de 2 millones de Tm/año biomasa residual forestal, cifra que está garantizada.
El Libro blanco de la Madera también resalta la necesidad de regenerar el monte con la tala de montes extra-maduros para asegurar la calidad de la madera, reducir el riesgo de enfermedades e impulsar la producción silvícola local generando actividad económica, empleo y riqueza, dando acceso a una gestión forestal más moderna.
El área arbolada en el País Vasco se divide casi a partes iguales entre frondosas (51,6%) y coníferas (48,4%). El pino radiata es la especie más abundante con un 33,27% de superficie ocupada. Por orden de importancia según su extensión, tras las plantaciones de pino radiata, destacan los hayedos y el bosque mixto atlántico que, en conjunto, suman el 55,3% de la superficie arbolada. Sumando a estas especies el quejigo y la encina, se llega casi al 70% de la superficie de los bosques vascos.
Las coníferas y en particular el pino radiata constituyen el grueso de las extracciones comerciales (un 79% del total de las talas autorizadas en 2014). Entre las frondosas, el eucalipto aglutina el 88,8% de las cortas.
De acuerdo a los resultados de la encuesta a las empresas de BASKEGUR, el 68% de la madera utilizada es originaria de la CAE, el 30% procede de otras CCAA y el 1% madera importada (el 32% es madera certificada).
El sector de la madera tiene una gran importancia en la economía de Euskadi, aporta casi tanta riqueza y empleo como el sector de banca y seguros. El sector de la madera aporta el 1,53% del PIB (Producto Interior Bruto) con un impacto en la economía de 1.010 millones de euros anuales. Si a ello sumamos, la valoración de servicios ambientales la contribución total se acerca al 1,8%.
Los efectos sobre los ingresos estimados de las Administraciones Públicas como consecuencia del desarrollo de esta actividad suponen más de 309 millones de euros, por encima de las subvenciones o ayudas que pueda recibir este sector.
En cuanto al tamaño empresarial la media se reparte así: 12 empleados por empresa en el sector de la madera y corcho, 60 empleados en el caso de la industria del papel y 40 para la industria del mueble.
El tejido empresarial de la madera está dominado por la pequeña empresa, en Euskadi casi el 95% de las empresas tiene menos de 20 empleados, y el 4,8% es mediana empresa, mientras que las grandes empresas de más de 200 trabajadores son exclusivamente las papeleras.
En cuanto al empleo, el sector forestal-madera da trabajo a alrededor de 18.000 personas a tiempo completo, 11.760 trabajan de forma directa en el sector y 6.247 son empleos inducidos en otras actividades económicas.
Los bosques, tanto naturales como de explotación, son ecosistemas que mantienen la biodiversidad, son componentes clave de los procesos biofísicos y bioquímicos de la tierra, y sus ecosistemas proveen servicios que son esenciales para el bienestar humano. Los principales beneficios que aportan los bosques, aparte de madera, leña y otros productos (comestibles, alimentación de ganado, etc.), son: soporte de la biodiversidad; protección del agua y del suelo; fijación de carbono; servicios de ecoturismo, recreo, caza y pesca; así como otros servicios culturales y espirituales.
La fijación de carbono anual de los bosques de la CAE (V) se puede estimar a partir del crecimiento medio de la madera que alcanza los 13,9 m3/ha para las coníferas, 4,7 m3/ha para las frondosas, y 16,8 m3/ha para los eucaliptos. Este crecimiento se multiplica por 275 kgC/m3 (kg de carbono contenido en un metro cúbico de madera).
El fomento de la utilización de madera en la producción de bienes duraderos como los ligados a la carpintería-construcción permite, no sólo un eficaz almacenamiento de CO2 en sus outputs, sino la sustitución de otros materiales más utilizados en la actualidad como el hormigón, el acero, el aluminio y el PVC que producen altas emisiones de carbono en su fabricación. Además, esta mejora consiguiente de eficiencia (relación entre el CO2 emitido en fabricación y el CO2 fijado) se ve incrementada si se utiliza madera local frente a madera importada, ya que permite reducir la huella de carbono asociada al transporte y contribuye a mitigar el cambio climático.
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