Una de las siete principales estrategias europeas para generar crecimiento y empleo se focaliza en "una Europa que utilice eficazmente los recursos" con el objetivo de convertir a la UE en una economía circular. De acuerdo a la estrategia "Europa 2020", desde la Comisión Europea se está impulsando la transición a través de la de la renovación de la normativa actual relacionada con las diferentes etapas de la cadena de valor como son la producción, la reparación y fabricación, gestión de residuos y reutilización de materias primas que se reinserten de nuevo en la economía.
La economía circular es un concepto económico social que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,...) se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos. Se trata de implementar una nueva economía, circular -no lineal-, basada en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.
Además del beneficio que supone la reutilización de las materias primas y la reducción de uso de los recursos naturales, es un sistema que mejora la competitividad de las empresas ya que impulsa la innovación y ofrece nuevas oportunidades de negocio. Finalmente, este sistema es un sistema generador de empleo local y no deslocalizable.
En este contexto, la Cámara de Comercio de Álava, junto al resto de Cámaras vascas, ha realizado una encuesta entre las empresas de su demarcación intentando conocer la permeabilidad y puesta en práctica de este concepto entre las mismas. Los resultados obtenidos son fruto de las respuestas de 205 empresas, de las que 74 son Industrias, 21 pertenecen al sector de la Construcción, 33 al Comercio y 77 al sector Servicios (transporte, banca, seguros y consultorías).
De este modo, un 42,9% de las empresas encuestadas afirma conocer el significado del concepto "economía circular", un porcentaje que se eleva hasta el 44,2% para el conjunto de la industria y la construcción y se queda en el 41,8% para el sector de servicios.
Un 60,5% de las empresas consultadas han aplicado durante 2017 y 2018 medidas para la sostenibilidad ambiental (por ejemplo, reducción de emisiones y contaminantes, reciclado, utilización de subproductos...). Y, aunque otro 17,1% no lo ha hecho, sí se ha planteado hacerlo. En este caso también el porcentaje afirmativo es más elevado entre el grupo formado por la industria y la construcción (64,5%) pero con una escasa diferencia ya que un 62,1% de las empresas de servicios también contestan afirmativamente.
La reutilización o reciclado de residuos generados en la propia empresa se considera como la acción empresarial más interesante entre las relacionadas con la sostenibilidad (55,1%), a continuación se sitúa, con un 50,7%, la inversión para la mejora de la eficiencia energética de la empresa, entre las que se encuentran las auditorías energéticas, control de consumo energético, cambio de luminarias, mejora de aislamiento entre otras. Con un 35,6% se sitúa en tercer lugar la incorporación de prácticas energéticas para la sostenibilidad medioambiental como, por ejemplo, son la utilización de energías renovables y la concienciación de los empleados.
Como principal obstáculo que dificulta la puesta en marcha de medidas para mejorar la sostenibilidad ambiental del negocio, un 44,9% de las empresas señalan la escasez de incentivos (ayudas, subvenciones, estímulos fiscales), en segundo lugar la situación coyuntural (33,2%) y en tercer puesto el aumento de los costes de producción o de prestación de servicios (32,7%).
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